Los labradores de entonces
Luis Muñoz
Los labradores de entonces
trabajaban con tesón
agarrados al arado
y lo hacían de sol a sol.
–
Con su boina negra
y la faja a la cintura
sudaban la gota negra
con albarcas y peales,
atijos en las piernas;
así iban detrás de las mulas.
–
El cuerpo de sudor y polvo
no le importaba el calor
alegres araban barbechos
horas y horas trabajando
por sacar mejor provecho.
–
A casa llegan cansados
a deshoras de la noche
sudorosos e ilusionados
sin hacer ningún reproche.
–
Y sembrando el labrador,
eso sí que era duro,
repartir bien el grano
en el hondo de los surcos.
–
Ahora la vida es distinta
del sencillo labrador
no regresan tan cansados
al invento del tractor.